martes, 14 de octubre de 2014

Resumen del Diario de viaje por Italia Centro y Sur: Roma, Nápoles, Costa Amalfitana y Sicília (Agosto 2014)

Muy buenas fotógrafos y viajeros, 

Este año, después del viaje de Junio a Turquía, hemos vuelto a Italia en Agosto como hace unos años, pero esta vez para conocer mejor su mitad Centro y también parte de la isla de Sicilia.

Os resumo rápidamente: 

Saliendo desde el aeropuerto de Bilbao donde vivimos, nos resultaba más económico entrar a Italia por su capital, Roma. La teníamos ganas por que la anterior vez estuvo lloviendo toda la estancia. La visita obligada en Roma, curiosamente esta en otro país, en concreto en la ciudad Estado del Vaticano y hablamos de su catedral de San Pedro. 

Tras Roma, bajamos en tren a Nápoles, desde la que visitamos en ferry la colorida isla paraíso de Prócida.

En Nápoles alquilamos una furgoneta con la que recorrer libremente y por nuestra cuenta los imprescindibles de su bahía: las ruinas de Pompeya y su competencia injustamente desconocida de Erculano, y subimos al cráter del volcán Vesubio que sepultó ambas poblaciones hace miles de años bajo toneladas de lava y ceniza.

Fuimos a conocer la cinematográfica, sinuosa, estrecha y desesperante costa Amalfitana. Con base en Sorrento visitamos las poblaciones costeras de Positano y como no, la árchifamosa Amalfi. También visitamos algunas de las islas más bellas de la zona como la elegante y exclusiva Capri.

Después, volamos desde Nápoles hasta la isla de Sicilia donde visitamos Siracusa, Noto, Catania, y la muy turística y más coqueta población de Taormina. Como plato fuerte final un par de visitas a otro volcán, el Etna, el único volcán activo de Europa, que visitamos por sus caras Norte y Sur.

Comenzamos el resumen en detalle, 

Salimos desde Bilbao y tras una breve escala en Madrid, llegamos esa misma tarde al aeropuerto de Fiumicino, uno de los más cercanos a la ciudad de Roma. Allí cogimos un transporte que nos llevó hasta la puerta de nuestro hotel situado en el centro histórico. Tuvimos tiempo para dejar las cosas y salir a tomar el pulso a las calles al anochecer y cenar muy a gusto en una de sus acogedoras trattorias.



Al día siguiente, empezamos a lo grande. Visitando la ciudad estado del Vaticano donde sus platos fuertes son, sin duda, los riquísimos museos del Vaticano y la colosal basílica de San Pedro.



Roma es eterna, y estaría hablando de ella y enseñándoos fotos mucho tiempo pero eso será si dios quiera en una futura entrada de este blog donde os recomendaré una ruta para poder conocer, en un paseo asequible los monumentos y lugares recomendados para visitar en Roma. Entre ellos:  

El Coliseo: Os lo muestro a pleno día y al atardecer.





El foro romano





El Panteón, según el código da Vinci la iglesia más antigua de la cristiandad y una obra arquitectónica eterna con esa cúpula semiesférica abierta.




La Piazza Navona, con sus fuentes de esculturas magistrales creadas por los mayores genios del renacimiento.




El castillo de San Angelo: Muy cerca del Vaticano, era una antigua cárcel y fortaleza.




La famosa Plaza de España, porque allí al lado se encuentra la embajada. Estaba en obras igual que la famosa Fontana de Trevi... ya es casualidad.


El monumento de Víctor Manuel II: Céntrico y espectacular en sus dimensiones. Os lo enseño también a plena luz de día y al atardecer.




Todo esto irá en una entrada dedicada solo a esa ruta recomendada por Roma que publicaré, si dios quiere y mi tiempo me lo permite.

Para ir desde Roma hacia la zona de Nápoles y la costa Amalfitana, nos pareció más inteligente y económico ir en tren en vez de alquilar el coche ya desde Roma, ya que en Nápoles no se necesita. Reservamos a través de Internet un tren rápido con la compañía Trenitalia, que nos llevó en poco más de una hora desde la estación central de trenes de Termini en Roma a la de Nápoles.

Habíamos gestionado con nuestro hotel en Nápoles el transporte desde la estación de tren hasta el mismo, que se encontraba en la zona cercana al puerto, así que llegamos rápidamente. Lo que vimos de las calles de esta ciudad durante este traslado nos causó cierta intranquilidad por la mala fama de esta ciudad. Pero la verdad es que, por la zona donde nos movimos no tuvimos ninguna sensación de inseguridad ni nada parecido.


Dimos una vuelta por el paseo marítimo y subimos por la avenida Toledo y sus galerías, que son una copia de las de Milán, y que forman una gran arteria central de compras. Vimos sus castillos, palacios y monumentos más turísticos.

Necesitábamos coger un ferry ya que al día siguiente queríamos ir a visitar una de las islas cercanas a Nápoles y para ello fuimos a las taquillas del puerto. Decidimos visitar en esta ocasión la isla de Prócida, ya que con el tiempo que teníamos disponible y al ser más pequeña que la de Ischia, podríamos visitarla mejor.

Al día siguiente, salimos puntuales en el ferry para llegar rápidamente al puerto marítimo de Prócida. Decidimos seguir la ruta recomendada por la guía de viajes que siempre llevamos, la Lonely Planet. Tras una subida en cuesta por las calles del casco viejo llegamos al otro extremo de la isla, donde desde un mirador pudimos ver la vista más conocida de esta isla con todas sus casas de pescadores multicolores desparramándose hacia el mar.



La subida con el sol justiciero fue dura así que decidimos saciar nuestra hambre y sed en uno de los buenos restaurantes del puerto entre barcas, redes de pesca y sol disfrutando de esta localidad pesquera.



Al día siguiente, tomamos un taxi hasta el aeropuerto de Nápoles donde increíblemente conseguimos que entrara nuestro equipaje en una Fiat Multipla (dos parejas con niñas, carritos y 4 maletas y mochilas, impresionante, quiero una). Cogimos la furgoneta de alquiler con la que visitaríamos la costa Amalfitana a nuestro aire.

Una de las excursiones que no puede faltar en vuestro plan es visitar las ruinas de Pompeya. Os aconsejo visitarla cerca del atardecer y os aviso que la última hora para entrar es a las 18:00 y que cierran a las 19:30. Se necesitan más de 3 horas para visitarla ya que es una inmensa ciudad y se conserva entera con todas sus calles, avenidas y edificios. Im-presionante y único.




Vimos muchos interiores sorprendentemente bien conservados y buscamos, hasta encontrar, las famosas figuras cubiertas de ceniza de varios habitantes a los que la erupción del Vesubio les pilló. En definitiva recorrimos un trozo de historia y nos fuimos satisfechos pero nos faltó tiempo.



Otra de los planes imprescindibles en esta zona es realizar la subida al cráter del volcán Vesubio (Vesuvio). Una vez se sube en coche y llegamos al parking, tras pagar la entrada de unos 10€ para acceder al parque nacional del Vesubio, es una subida bastante bien habilitada que nos llevó en unos 20 minutos a la altura del cráter. Se puede circunvalar la mitad del mismo y disfrutar de las vistas tanto al interior de la caldera, hoy aparentemente inactiva, como del panorama de la bahía de Nápoles a nuestras espaldas si el tiempo lo permite.




Los días siguientes hicimos base en Sorrento. Los precios de la costa Amalfitana y sus accesos son prohibitivos. 





No dejéis de hacer un recorrido por la costa Amalfitana y de tener la experiencia de conducir por sus estrechas carreteras, vertiginosas curvas y acantilados de esta costa con el tráfico desesperante y motos como moscas. Mucho cuidado con el tráfico, aparcar o parar os será prácticamente imposible, pero iréis viendo preciosos pueblos costeros con laderas repletas de viviendas que dan al mar. Casi mejor vale la pena hacerlo en barco y por mar.

No pudimos casi ni parar en Positano ni para hacer unas fotos, ya que 5 kilómetros antes y después cualquier sitio imaginable en los arcenes estaba tomado por coches. Increíble, para verlo y para sufrirlo. Cuando en la dirección contraria venia un autobús ni os cuento.




En Amalfi, conseguimos aparcar alejándonos a unos 30 minutos andando del centro. Por suerte, durante este camino pudimos hacer la foto que venía en la portada de la guía de la Lonely Planet que utilizaba para moverme por esa zona. Os pongo una versión horizontal que también me gusta.



Dimos una vuelta por su centro histórico para ver su particular Duomo (catedral). También aprovechamos que hacía mucho calor y nos pegamos un merecido baño dentro de la portada de la Lonely Planet. J




La chica de la oficina de turismo de Amalfi nos recomendó ir a visitar la población montañesa de Ravello, así que allí fuimos. 

Es una población en lo alto de las montañas de la costa amalfitana que se está convirtiendo en una de las más solicitadas por su tranquilidad, buen ambiente, vistas desde la altura, y también para celebrar bodas, pero sobre todo, por su festival de música durante el verano.

De vuelta desde Ravello a Sorrento decidimos volver por el interior para no comernos todo el tráfico (que ingenuos éramos...), pero gracias a esa decisión pude hacer una de mis mejores fotos de atardecer del viaje con el volcán del Vesubio al fondo amenazando a todas las poblaciones cercanas de la bahía de Nápoles. 



Otra de las visitas imprescindibles por esta zona es la de la isla de Capri. Para ello deberéis coger un ferry de aproximadamente media hora desde el puerto de Sorrento. Mucho cuidado con los horarios de ida y de vuelta y mejor deberíais coger los billetes con antelación. Llegareis al puerto de la Marina en la costa pero tendréis que subir a Capri en lo alto en un funicular y desde allí visitar sus tiendas y paisajes.



Llegareis a las mejores vistas de la isla desde los jardines para ver los farallones o tras una buena caminata el arco natural de piedra.





No dejéis de pasar por Erculano. Injustamente eclipsada por las ruinas de Pompeya estas ruinas valen tanto o más la pena. Veréis los mejores interiores de casas de tiempos de los romanos con frescos increíblemente bien conservados, habitaciones, casas de varios pisos que conservan hasta muebles, vigas, puertas, decoración, estatuas...Inigualable, una lección de historia a cada esquina. Trasladarse al pasado.




La razón de esta inmejorable conversación es que estuvo enterrada bajo metros de barro hasta que se descubrió hace pocos años. La pena es que han construido una ciudad encima y solo se puede visitar un cuarto de lo que era. Leed más sobre el tema porque es increíble y no dejéis de pasar por estas ruinas. Los frescos, el gimnasio, las bodegas, muebles, vigas, estatuas, decoración, escuelas...




Y aquí podéis ver al culpable de que este enterrada el volcán del Vesubio. Imaginadlo echando fuego, rocas y cenizas que van bajando la ladera...



Al día siguiente, dejamos en el aeropuerto de Nápoles la furgoneta de alquiler y cogimos un vuelo a la isla de Sicilia en el sur de Italia, donde acaba la bota a mano izquierda. Como solo teníamos 5 días decidimos visitar la parte Este de la isla y así poder conocer mejor el volcán Etna. Sin duda para mi uno de los platos fuertes del viaje y una experiencia inolvidable.



Aterrizamos en el aeropuerto de Catania donde cogimos un coche de alquiler para dirigirnos a nuestra base en la zona sur de la costa este en Siracusa.

Lo más destacable de la ciudad de Siracusa es su península de Ortigia, donde encontrareis callejones medievales repletos de gente sobre todo después del atardecer. 


Sobre todo, destaca la preciosa plaza del Duomo, que tiene un interior sorprendente y una fachada genial... y una luz perfecta para hacer retratos, por cierto.



También sobresale su peculiar fuente de Aretusa con vegetación y patos a la salida del acuario. Muy placenteros los paseos de sus dos costas con el bullicio de sus restaurantes y la gente disfrutando al atardecer de la puesta de sol y de su gastronomía.



Para los más clásicos, Siracusa también cuenta con una zona de ruinas de primer orden con un anfiteatro romano, y otro teatro griego aún en uso, unas cuevas con la famosa la oreja de Dionisio y la presunta tumba de Arquímedes.




Desde Siracusa, nos escapamos a conocer Noto, una población cercana que cuenta con multitud de iglesias, catedrales y palacios que le dan renombre. Además de una playa que tuvimos que visitar debido al calor sofocante de 42ºC que hacía durante esos días de Agosto.




Al día siguiente, subimos hacia el norte hacia una de las poblaciones más turísticas de Sicilia, Taormina. Con sus casas colgantes en su costa vertical, se ha convertido en un destino imprescindible, a pesar de tener un tráfico más que difícil y de ser literalmente imposible aparcar. La parte antigua se visita muy fácil ya que es una calle principal donde podemos ver prácticamente todo lo que tiene para ver. Tiendas, restaurantes, heladerías, catedral, palacios e iglesias y su plaza principal del 9 de Abril todo con buenas vistas panorámicas de la costa.




Lo mejor de todo llega con la noche en esta población. Hablo sin duda del espectáculo del volcán activo del Etna, echando ceniza y ríos de lava visibles por la noche. Además, como plato fuerte el anfiteatro romano orientado para tener una estupendas vistas del famoso volcán. Taormina de noche se llena de gente muy preparada para salir y lucir sus mejores galas y disfrutar con unas vistas increíbles de la costa iluminada con el Etna y sus coladas de lava cayendo sobre las poblaciones cercanas que parecen ajenas al peligro que se pueden ver desde varios de sus balcones panorámicos.



No podíamos dejar de pasar por Catania, la segunda ciudad más importante de Sicilia con su plaza monumental donde se encuentran su Duomo y un famoso elefante de roca volcánica que porta un obelisco, y que forman el símbolo protector de la ciudad con santa Ágata o Santa Águeda, siempre presentes.




En Catania, tomamos una de las mejores decisiones del viaje, que fue subir por la parte sur al volcán Etna hasta el refugio de Sapienza. Disfrute muchísimo, y me quedo corto, con las increíbles vistas bañadas con la luz mágica a esas horas bañando el paisaje volcánico y dándome paletas de colores contrastados: coladas de lava negra, vegetaciones rojas y verdes en lugares imposibles, un cielo azul, humo gris... Todo ello siempre con el pico del Etna rugiendo mirándonos desde arriba y echando fumarolas de humo negro a cada poco. 



Una vez llegados a la zona cercana al refugio pudimos visitar y subir andando a dos de sus cráteres ya apagados. El primero pudimos circunvalarlo entero e incluso, bajar a su interior, pero lo mejor era disfrutar las vistas y paisajes de los alrededores.



Decidí subir también a otro cráter cercano, aunque la subida en este caso fue más dura porque elegí el camino más empinado. Aun así valió la pena el esfuerzo y la experiencia completa no la olvidaré.



Desde el refugio se puede coger un funicular que nos suba a 2500 m donde se puede tener una mejor experiencia y hacer incluso una visita guiada. La verdad es que te sientes pequeño en este paisaje marciano modelado con roca y fuego.

Al día siguiente, decidimos repetir experiencia, pero esta vez desde la cara Norte, desde la zona de Piano Provenzana. Según llegamos a la zona del parking ya pudimos ver los jeeps o camiones gigantes que serían los que por un buen dinero nos llevarían hacia arriba durante 2 horas de excursión volcánica. Pasamos gracias a ellos de unos 1900m hasta los 2500 m de altitud por una pista que ascendía entre las coladas de lava y cenizas entre un paisaje volcánico hasta una especie de explanada al lado de una estación para estudiar el estado del volcán. El pico quedaba a 2.900m, pero se le veía echar humo y de vez en cuando se le oía rugir. Veíamos todos los alrededores desde arriba con las nubes pasando debajo y encima de nosotros el cráter activo. 






En la bajada también visitamos un cráter de la erupción de 2002 que acabó con muchas de las infraestructuras de la zona como el albergue. Aún se pueden ver los pinos quemados al paso de las coladas de lava y sobrecoge.




La vuelta fue del aeropuerto de Catania de madrugada hasta el de Roma para llegar por la tarde a Bilbao con la sorpresa de no recibir nuestras maletas, que al final llegaron para nuestra alegría varios días después cuando ya las dábamos completamente por perdidas.

Eso ha sido más o menos el resumen del viaje y algunas de sus fotos. Si algún día hay tiempo, os podré enseñar más fotos y sobre todo os contaré muchas más cosas.

Un saludo y hasta la próxima entrada de este blog de fotografía y viajes.


Que encontréis buena luz los fotógrafos y el mejor tiempo posible los viajeros.

Pronto sabréis más cosas de mí, así que estad atentos. 

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